Oscar Amaya Armijo en [Tromba del Abismo](2020)
¿ Intertextualidad ilegitima? La presencia de Juan Ramon Molina
en un poema de Oscar Amaya Armijo.
Oscar Sierra Pandolfi
Del libro “Sobras, no obras”. 2022
Lo palpamos en el poema «UNA GUITARRISTA EN LA BALADA».
Donde, y además de todos
los poemas se mueven como piezas
que en el mismo punto, ahí se dinamizan
sus sentidos, sus isotopías y campos semánticos, creando una línea
surrealistica , y de silogismo entrevé la audacia entre lo connotativo
(auditivo/visual/táctil) de la imagen poética, donde se esparce el acto del
interrogar en “sí” en un « [Dassein]» del que nos indica
Heidegger. El ser busca seguir el acto-potencia del [estar] entre dos
circunvalaciones «[ el adentro]» y el «[afuera] », también la
forclusión « [ del ethos y el thanatos] », « [ el
fragmento y el todo] », este dualismo, concibe la idea de ser la
misma cosa para « [sí] ». Por lo tanto, el poeta se ampara
en la dicotomía de filosofar a través del poema o de poetizar a través de figuras
de permanente tesitura musical, arpegio, polifónica , barroco expresionista,
esta tendencia, solo se logra con la retórica de Quintiliano, que nos propone
figuras plásticas como la ironía, la
metáfora y la paradoja « (pensamiento) » y la parataxis, en muchas veces acompañado de
figuras de significados como metonimias complejas que acaparan la atención del
lector.
No obstante , primero debemos visualizar que el poema hace un homenaje al poeta Juan Ramon Molina, considerando que el poeta Molina no publicó en vida su obra, segundo, Amaya Armijo, construye el poema con el verso libre deliberando formalmente algunos lexemas o sememas empleados en el poema «Pesca de Sirenas» de Molina. Se trata de una intertextualidad considerada como rasgo esencial e intencional del poeta Amaya-Armijo, como una manera de actualizar y sincronizar el poema con la posmodernidad. Amaya acude a la segundidad de Pierce :La segundidad es el modo de ser que es en relación a otra cosa. Esta es la categoría que incluye lo individual, la experiencia, el hecho, la existencia y la acción-reacción. La segundidad opera dentro de un tiempo discontinuo, donde un determinado evento se produjo en un momento determinado antes de otro evento que fue su consecuencia.Aunque los acontecimientos que subyacen en el poema de Molina, encontremos levedad, serenidad, existe, exteriormente, en la construcción estética una reacción posterior, en el caso que nos ocupa, Oscar Amaya-Armijo se supedita a la reescritura del poema molineano, aunque las graduaciones superfluas del erotismo se convierten en mas visuales en Amaya. Esto implica, que el Poema de Molina «Pesca de Sirenas» con respecto al poema de Amaya Armijo resulta de una operación de reescritura que lo hace desde el nivel de conciencia estética, o de intertextualidad ilegitima, donde disminuye la originalidad de su obra en términos concretos.
«Que yaces pensativo
del mar junto a la orilla
Propicio es el momento porque la vieja luna» (Molina).
El semema «luna» y «mar» aparecen en
ambos enunciados. Que nos proporcionan primero se trata de una intertextualidad
que hace alusión indirecta al poeta Molina, consideramos que por falta de
creatividad poética, trata de jugar de manera desacertada con la
intertextualidad. Aunque, también, percibimos que Amaya Armijo logra superar el
poema de Molina en muchos elementos compositivos. Primero, Molina emplea el
verso en rima como lo expresa Zilberberg «la recursividad de las
estructuras que permite comprender que lo extenso es la imagen de lo local, en
el cual, como acabamos de ver, el juego del «impulso» y de la «recaída» es a la
vez localizado y deslocalizado; (ii) la prevalencia de la dimensión de la
intensidad, unas veces en virtud del tempo, otras en virtud de la tonicidad, es
pertinente también en otras prácticas además de en aquellas que hemos consi-
derado hasta ahora. »
La voz del poema, o el tono que se entreteje en el fondo del
poema hace una elocución de llamar a los marinos para contemplar a la sirena.
Aunque no se debe perder la perspectiva de la mirada que fluye en el poema de Molina
ya lo hemos sintonizado «Fueron los escritores posteriores quienes
dieron una descripción física más detallada y, tanto para Apolodoro como para
Ovidio, tenían cabeza de mujer y cuerpo de pájaro». Aunque existe una
metamorfosis de la figura de la sirena a través de la literatura Universal. Por
ello, Amaya Armijo acude al mismo paradigma, eje de selección, en cambio no
construye el poema con el mismo modelo de Molina, aunque el fondo, es un
traslado o transferencia que hizo Amaya Armijo. Amaya Acude la estructura del
verso libre, y Molina, lógicamente en una estructura de rima, y que nos refleja
los arquetipos de Jung. La figura de la Sirena, es universal, es válida la
presencia textual. «Tendida
estás allí con mar y luna, mitad sirena mitad guitarra»,(Amaya
Armijo). En el concepto de algunos autores:
«[1]Eran pues criaturas
aéreas dotadas de una voz armoniosa, atributo de tantos pájaros1. Estos autores
también explican la filiación de las sirenas: para ellos, eran hijas de una
musa y de Aqueloo, río de Etolia, lo que justifica el lazo estrecho que siempre
han mantenido con el elemento acuático, y permite comprender su metamorfosis
más conocida ».
En efecto, « (…)la criatura que conocemos actualmente es
la sirena con cola de pez que, desde hace siglos, forma parte de nuestro mundo
imaginario».
La metamorfosis de la
Sirena, tanto en el mundo Nórdico, o en el mundo griego, se separan por muchas
formas , a través de leyenda, o de viajes de marinos. « (…)[2]Se supone que, en un
principio, estos seres híbridos, acuáticos y ya no aéreos, pertenecían a otra
tradición, más nórdica, quizás llegada de Irlanda con los monjes
evangelizadores al principio de la Edad Media». Por eso, de
alguna manera el significado que se ha perpetuado es que la Sirena signifique «amor,
seducción, muerte, ilusión”. Sin dejar el escalpelo de ser una figura femenina
que ha estado impregnada en la literatura por largo tiempo». «
(…)[3]En El laberinto de las
sirenas (1946), por ejemplo, Pío Baroja se refiere claramente a la mitología
griega y sitúa su novela en las costas del mar Tirreno, las que recorrió Ulises
en su largo periplo: “Aquí están las islas de Eolo y de las Sirenas; allá, Escila
y Caribdis; cerca, el país de los cíclopes».
«El sol»
Al final, la relación textual, entre los dos poetas, implican
una variedad de intenciones, la primera el homenaje que hace Amaya Armijo al
poeta Molina. Segundo, los acontecimientos de ambos poemas operan o suceden de
diferentes maneras.
Molina, inicia con el
(V) «Péscame» , se dirige a alguien , hay un sujeto
(Tácito). A.A, empieza « (v)Tendida estás allí(deixis) » con mar y luna. Es
decir Molina, habla primero a un sujeto, antes de que aparezca en la
enunciación la «Sirena» . A.A, directamente, desplaza
la imagen de la sirena. Incluso, vemos algo novedoso cuando imaginariamente, la
parte en dos « mitad sirena/mitad guitarra». Este verso
luce novedoso, por lo que hay una recreación muy ambivalente y válida. También,
Amaya Armijo con el verso «bordas melodías en la arena» .
Molina, en la segunda estructura determina la acción del sujeto (Tácito) «
pensativo». Todavía no se acerca a mencionar a la sirena. Amaya,
en esa segunda estructura, ejemplifica de inmediato la acción de la sirena «bordas
melodías en la arena». Hay lentitud textual en Molina, hay
movimiento hacia adelante en Amaya-Armijo, como lo recalca Zilberberg «El surgimiento del evento le descubre al sujeto
su carencia de proporción» su déficit definitivo; sin
contemplaciones de ningún tipo, hace conocer al sujeto la limitación que
desconoce y que, no obstante, lo constituye. Bajo estas premisas, el modo de
existencia es más bien subjetal».
En cambio, En Amaya-Armijo: «b)el
plenilunio te vuelve fantasma, canción que hechiza, espuma de erótico roce;(A.A.), logra una metamorfosis
en la sirena «Fantasma, canción, espuma»
En otro sentido, Molina,
destaca el ambiente físico que rodea a la sirena. Contrario a A.A, logra esos
cambios en el arco del personaje de inmediato, eso es un plus en la creación
del poeta Amaya, ya que no se trataría de copiar, sino de sugerir, o de
reescribir, o de ampliar otra versión o como le llamamos en el cine «remake». Lo que vendría a
superar en estilo y en forma al poeta Molina. Porque todavía entre la tercera y
cuarta estructura Molina sigue evocando al sujeto (tácito) :
«d) Penetra al mar entonces y
escoge la más bella
Con tu red envolviéndola, no escuches su querella (M) »
La
sirena se encuentre en el mar, y el sujeto a la orilla, contrario, A.A, ubica
en la espacialidad y en el tempo, a la sirena en la orilla, y va haciendo
intromisiones interiores en la sirena, es introspectivo, Molina es más
exteriorista. «d)nadie danza tu
solitario canto, tu gemido de anhelo reprimido,(A.A)».
«El semema»
«solitario»,
gemido, y reprimido».
No obstante, Molina, de un salto, construyó la comparación entre la sirena y la
mujer. Amaya -Armijo apenas, asoma los indicios, “Espectro de la sal” (A.A) y
en Molina «El sol»
A.A, ubica el tempo del poema en el plenilunio y Molina en la mañana .
Se asemejan en el nivel semántico, con las
diferenciaciones oportunas, “entre mis brazos loca”. La acción de poseerla,
existe en el deseo del poeta, aunque se materializa en el nivel subjetivo y
fenomenológico el acto copulador a través de una metaforización intercalada por
una descripción corporal en primera persona de nivel lírico. Por otro lado, Amaya Armijo, « (f) Eres la Sirena de
aleve llanto, la silueta que el mar le robo sus encantos, la ensoñación que
nunca devoró hombres.(A.A) ». Aunque Molina, emplee «aleve»
«canto» «sirena» «luna»
«cola tornasol».
Culpabiliza al mar de
la pérdida de sus encantos, consideramos, que si Molina la compara a una mujer,
Amaya Armijo, la convierte de sirena a mujer , en soledad sin el acceso carnal.
Acciones de metamorfosis contrarias. Molina, quizás encontramos un proceso de
espejismo, de estado de insolación, o de problemas ópticos en que hayan
alterado la psiquis del poeta Molina para el acto de creatio. Amaya Armijo,
acudió a las fuentes históricas, a la literarias, incluso, al mismo poema de
Molina para llevarlo a otros niveles estéticos sobresalientes y coherentes con
la época del siglo XXI. Culminamos «Actualmente, no se concibe la
sirena con cuerpo de pájaro» y, en la mayoría de las
representaciones iconográficas, las que tratan de atraer a Ulises y a sus
compañeros tienen cola de pez y viven en el agua, y ya no en un prado de la
costa. Es decir que de criaturas aéreas se han transformado en«
criaturas acuáticas a pesar de que sus características antiguas ―canto,
atracción, belleza― sigan vigentes».
II
TROMBA DEL ABISMO
Traslapa, ungido los senderos imaginarios del dolor, de la
miseria humana, cada metáfora denotativa está llena de lepra, como Job, lamentándose de su fracaso ante el vacío y la
nada. La existencia total —para [4]Bataille—
solo deviene superando el «estado de
acción» que hace del hombre un
militante, un amante o un poeta, un ser inconcluso que limita sus deseos, y que
aprovecha útilmente el tiempo para ir hacia un fin prefijado, al que a falta de
un nombre más adecuado, llamada vida.
No anda con mates, da un espinazo, aguijonea, tremenda fortaleza
que arma el poeta como un aquelarre que hechiza, el acto del poseso es través
de esa palabra escupida y esculpida sin cincel, a puro mazo, golpe tras golpe,
no deja que el verbo descanse. Poemas que delatan pura pirotecnia, explosivo,
dantesco, la mujer sigue siendo
santificada por el poeta, les lanza piedras a los fariseos , al explotador aturdido de los
recursos naturales, no perdona, lleva en las llagas esa podredumbre de
desmitificar el poema cuando expresa.
Cuando leí este poemario,
como lector acucioso, me mantuve precipitado, indolente, sentí que el poeta
escarba el interior del ser humano, sale pus en sus versos, descubre que el
interior del ser humano está en podredumbre. Insolente, sin escaparate, cada
poema, tiene esa dirección oscura del dardo, el punto equidistante entre el
dolor y el abandono, la inmensurable, lo anti-divino, segrega una escupida a lo
sagrado, sin timidez, busca la palabra infecciona, le inyecta miles de CCC de
coágulos de tóxicos, porque trata de sobreponer y yuxta/ contrariar—el sistema
vicioso—contra la ética del buitre. No presume, vivimos en un mundo poseído por
el dios de [Wall Street]la queja, el mugido de animal agónico que se arrastra
como el réptil.
La lectura que lanza su
red de pescador en río de piedra, al cazador que se dispara asimismo, al
suicida que decide no quitarse la vida porque la vida es la misma muerte; en su
múltiple voz replica un doblaje de ecos que manifiestan en verdad el dolor de
la paradoja. Por eso cuando leo, tengo que poner bien los pies, no doblar mis
rodillas. Traspone, el acto de nacer-morir como un a-negación ontológica
inherente en sí misma en la existencia--nihilismo/+ poeta de las
circunstancias/ de hechos que van empujándolo a la tragedia que rescató
Nietzsche en Zaratustra.
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