EL TIEMPO DE LA ETERNIDAD Y LA INTERTEXTUALIDAD ILEGITIMA DE UN POEMA DE J.R.M. EN LA POÉTICA”TROMBA DEL ABISMO” DE OSCAR AMAYA ARMIJO EN [TROMBA DEL ABISMO](2020).


 
del libro DE SOBRAS Y OBRAS. OSCAR SIERRA PANDOLFI 2022

EL TIEMPO DE LA ETERNIDAD Y LA INTERTEXTUALIDAD ILEGITIMA DE UN POEMA DE J.R.M. EN LA POÉTICA”TROMBA DEL ABISMO” DE OSCAR AMAYA ARMIJO EN [TROMBA DEL ABISMO](2020).

I PARTE

Oscar Fernando Sierra-Pandolfi

Del libro “Volcán Lejano”. Sobre la obra literaria de Oscar Amaya- Armijo. Plaquette.

El tiempo de la eternidad, o la brevedad en su síntesis existencial, un recorrido fenomenológico a la conciencia humana a través de un vertido poético, crucial y preciso en el lenguaje, más que ello, en la longitud ontológica de la naturaleza.  Cada verso se esculpe y talla con fuerza imaginativa tras la ambigüedad retórica que trasluce crucial;  en donde se define que tiene el arte de permanencia en la eventualidad infinita del “estar en sí”. Cuando sigue tratando su filosofo- poética, eslabona siempre reflexiones sobre el mismo mundo o mundanidad de E. Said aunque se desplome de la navegación fortuita de la “Panta Rei” (Πάντα ῥεῖ) "Τodo fluye" :

Curtida de pájaros,

ahora vives como Diosa del bosque,

Con la hojarasca ceñida a la hierbabuena de tus pies,

Acunadas las lunas en tu mirada.

Allí en las aguas de los ríos

te susurran las siemprevivas.

 

 El desplome interiorista que, como el efecto de un fenómeno tectónico, provoca un movimiento en el alma, y en los viejos conceptos de poesía, para lograr esparcir imágenes que dejan huellas en la memoria.

 

 El juego, en vaivén, entre poesía y filosofía, entre sinestesia que provoca la sonoridad y liviandad en la estación tensiva del verso.  Es constante como leitmotiv en toda la globalidad poética de Oscar Amaya Armijo, en el trabajo que nos ocupa:

Sentado en mi floresta
Mis ramas responden a mi savia
O a la clorofila de mis pedúnculos
Pordiosero al nomas reír
Cuando se marcha la hojarasca del suelo
Allá va a la deriva como una barcaza en la tormenta 
De estirpe nómada mi polen
Que esculpe el tiempo en mis cortezas 

Dicha juntura desde la visión metafísica renueva el espíritu, la cadencia de un estilo que fluye desde las profundidades del ser. Sin caer en el artificio, entre el surrealismo, y el impresionismo, “Tromba del Abismo”, no se derriba, el fluir deviene de esa idea de Heráclito, nadie nada dos veces la misma corriente, y el vaivén de la tromba hacia el mar de la naturaleza,  sostiene el fragmento aunado a otro fragmento, en ese constante hace fluir y surge la armazón de esa equivalencia  poética.

 Según Blanchot, se puede decir que hay cuatro tipos de fragmento: [1]1) El fragmento que no es sino un momento dialéctico de un conjunto más vasto.” Es decir, que cada verso, cada poema, en su máxima expresividad metafórica va enraizándose en una totalidad que provoca una fuerza en el ritmo, en el sentido y en la secuencia, lo que destella una autonomía en el poema sobre otro poema, a pesar de la extensión y prolongación semántica y sintáctica , se recurre a la segunda forma para lograr técnicamente ese contrapesos en el significado y la equivalencia ontológica con el mundo: [2]2) La forma aforística, concentrada y violenta que, ya es(tá) completa; horizonte que circunscribe y que no abre”.

En un bosque de acacias abrevé tus mares interiores, escancié tus cuencas, solo los espejos fueron testigos del incendio de nuestros cuerpos, luego te marchaste con el anochecer, dejándome allí, como un barco a la deriva.... Allí quedaron los objetos apreciados: tu morral de estrellas, el dibujo inconcluso de mi cuerpo, la canción que nunca cobró vida, el ramo de pinceles que una vez pintaron; los libros no leídos, tus colores favoritos y tu silueta trepando el océano de mis sábanas como una enredadera de recuerdos. Esa noche cargó mi insomnio y dolió la ausente presencia de tus encantos....

 

En esta segunda, contiene al poema de “De  la lluvia y otros amores”. Incluso hay una sintaxis erótica que se va permutando, alternando debajo de los pliegues del texto con medido a lo que expresa Bataille (1989):

“El erotismo es uno de los aspectos de la vida interior del hombre. En este punto solemos engañarnos, porque continuamente el hombre busca fuera un objeto del deseo”.(Battaille,1989)

Amaya-Armijo, en los versos  “En un bosque de acacias” se aleja de inmediato de algunos flashes bucólicos, porque los poemas van en un crescendo interior “los espejos fueron testigos del incendio de nuestros cuerpos” para luego tirar la red metafórica de la corporeidad erótica y el anclaje fenomenológico de los amantes:

Nunca pensé que el silencio fuera tan pesado como el de hoy, se marchó tu guitarra con su canto, ahora solo queda la lluvia multiplicando mis pentagramas. De nada sirvieron las esperas en las infinitas esquinas de la ciudad ni aquel poema escrito en el borde de una playa ni aquella caricia que desbordó tus interiores, pues el viento, tu vendaval, arrastró la esperanza hasta el olvido, como una hoja de papel.

 

 

 

Si observamos en los versos anteriores, los campos semánticos no se diluyen, se desbordan sin entelequias, ni marasmos verbales. porque las palabras se pulverizan, resurgen, se deconstruyen, y vuelven infinitamente. Una búsqueda literaria que tiene su punto concéntrico en la misma metapoética, porque la escritura Oscar Amaya Armijo en [Tromba del Abismo](2020) es una escritura que busca responder muchas interrogaciones del ser, del objeto, ante la declosion del mundo, gravita fuera del poema mismo, se sostiene, en una espera, porque la brevedad, considerada fragmento logra la eternidad a través de su fugacidad eterna  etérea. Como lo expresa Marín (2009):

De ahí que la escritura fragmentaria sea una escritura de repetición y variación complejas. Arte de la fuga, y juego de paradoja, es una escritura de lo neutro en tanto es una aproximación concéntrica a la ausencia de tiempo desde la espera interminable e impostergable.

Basado en lo anterior, la poesía Oscar Amaya Armijo en [Tromba del Abismo](2020) exaspera como un rayo de luz filtrándose en las hendiduras del alma, la movilidad metafísica se yergue, donde la existencia, la muerte y la eternidad se juegan el desecho del mundo de las cosas, teniendo como fin último, la poesía misma según lo plantea el poeta entre el amor a la patria, la naturaleza y la existencia:

 

 

Oscar Amaya Armijo en [Tromba del Abismo](2020)

Lo palpamos en el poema “UNA GUITARRISTA EN LA BALADA 

donde además de los todos los poemas como piezas que se mueven en el mismo punto, dinamizan sus sentidos, sus isotopías y campos semánticos, creando una línea surrealistica , y de silogismo, para entrever la audacia entre lo connotativo (auditivo/visual/táctil) de la imagen poética, donde se esparcen el acto del interrogar en “si” en un [Dassein”] del que nos indica Heidegger, el ser busca seguir el acto potencia del [estar] entre dos circunvalaciones [ el adentro] y el [afuera], también la forclusión [ del ethos y el thanatos], [ el fragmento y el todo] este dualismo, concibe la idea de ser la misma cosa para [sí] el poeta se ampara en la dicotomía de filosofar a través del poema o de poetizar a través de figuras de permanente tesitura musical, arpegio, polifónica , barroco, expresionista, esta tendencia, solo se logra con la retórica de Quintiliano, que nos propone figuras plásticas  como la ironía, la metáfora , la paradoja (pensamiento)  y la parataxis, en muchas veces acompañado de figuras de significados como metonimias complejas que acaparan la atención del lector, en el sentido, el poeta, prefiere la connotación de un lenguaje que se desvía hacia la ambigüedad, creando un entrañamiento en la forma de alambicamiento, procede en un efecto, de emplear catexis, y ciertos oxímoros que se dispersan con mucha fuerza.

 

En el poema “ROCK PARA UNA SIRENA” es un poema nos recuerda intertextualmente a un poema de Juan Ramon Molina. No obstante , primero debemos visualizar que el poema hace un homenaje al poeta Juan Ramon Molina, aunque se trate ciertamente de una mimesis de Amaya Armijo, considerando que el poeta Molina no publicó en vida su obra, segundo, Amaya Armijo, construye el poema con el verso libre deliberando formalmente algunos lexemas o sememas empleados en el poema “Pesca de Sirenas” de Molina. Se trata de una intertextualidad ilegítima considerada como rasgo esencial e intencional del poeta Amaya-Armijo, como una manera de actualizar y sincronizar el poema con la posmodernidad. Amaya acude a la segundidad de Pierce :

La segundidad es el modo de ser que es en relación a otra cosa. Esta es la categoría que incluye lo individual, la experiencia, el hecho, la existencia y la acción-reacción. La segundidad opera dentro de un tiempo  discontinuo,  donde  un  determinado  evento  se  produjo  en  un momento determinado antes de otro evento que fue su consecuencia.

Aunque los acontecimientos que subyacen en el poema de Molina, encontremos levedad, serenidad, existe, exteriormente, en la construcción estética una reacción posterior, en el caso que nos ocupa, Oscar Amaya-Armijo se supedita a la reescritura, aunque las graduaciones superfluas del erotismo se convierten en mas visuales en Amaya.

Esto implica, que el Poema de Molina Pesca de Sirenas con respecto al poema de Amaya Armijo resulta de una operación de reescritura que lo hace desde el nivel de conciencia estética,

“Que yaces pensativo del mar junto a la orilla
Propicio es el momento porque la vieja luna”(Molina).

El semema “luna” y “mar” aparecen en ambos enunciados. Que nos proporcionan primero, que se trata de una intertextualidad que hace alusión indirecta al poeta Molina. Aunque, también, percibimos que Amaya Armijo logra superar el poema de Molina en muchos elementos compositivos. Primero, Molina emplea el verso en rima como lo expresa Zilberberg “la recursividad de las estructuras que permite comprender que lo extenso es la imagen de lo local, en el cual, como acabamos de ver, el juego del «impulso» y de la «recaída» es a la vez localizado y deslocalizado; (ii) la prevalencia de la dimensión de la intensidad, unas veces en virtud del tempo, otras en virtud de la tonicidad, es pertinente también en otras prácticas además de en aquellas que hemos consi- derado hasta ahora.”

La voz del poema, o la voz que se entreteje en el fondo del poema hace una elocución de llamar a los marinos a contemplar a la sirena. Aunque no debe perder la perspectiva que la mirada que fluye en el poema de Molina ya lo hemos sintonizado “Fueron los escritores posteriores quienes dieron una descripción física más detallada y, tanto para Apolodoro como para Ovidio, tenían cabeza de mujer y cuerpo de pájaro”. Aunque existe una metamorfosis de la figura de la sirena a través de la literatura Universal. Por ello, Amaya Armijo acude al mismo paradigma, eje de selección, en cambio no construye el poema con el mismo modelo de Molina. Amaya Acude la estructura del verso libre, y Molina, lógicamente en una estructura de rima, y que nos refleja los arquetipos de Jung. La figura de la Sirena, es universal, es válida la presencia textual.  “Tendida estás allí con mar y luna, mitad sirena mitad guitarra”,(Amaya Armijo). En el concepto de algunos autores:

[1]Eran pues criaturas aéreas dotadas de una voz armoniosa, atributo de tantos pájaros1. Estos autores también explican la filiación de las sirenas: para ellos, eran hijas de una musa y de Aqueloo, río de Etolia, lo que justifica el lazo estrecho que siempre han mantenido con el elemento acuático, y permite comprender su metamorfosis más conocida.

En efecto, (…)la criatura que conocemos actualmente es la sirena con cola de pez que, desde hace siglos, forma parte de nuestro mundo imaginario.

 

 

La metamorfosis de la Sirena, tanto en el mundo Nórdico, o en el mundo Griego, se separan por muchas formas , a través de leyenda, o de viajes de marinos. “(…)[2]Se supone que, en un principio, estos seres híbridos, acuáticos y ya no aéreos, pertenecían a otra tradición, más nórdica, quizás llegada de Irlanda con los monjes evangelizadores al principio de la Edad Media”. Por eso, de alguna manera el significado que se ha perpetuado es que la Sirena signifique “amor, seducción, muerte, ilusión”. Sin dejar el escalpelo de ser una figura femenina que ha estado impregnada en la literatura por largo tiempo. “(…)[3]En El laberinto de las sirenas (1946), por ejemplo, Pío Baroja se refiere claramente a la mitología griega y sitúa su novela en las costas del mar Tirreno, las que recorrió Ulises en su largo periplo: “Aquí están las islas de Eolo y de las Sirenas; allá, Escila y Caribdis; cerca, el país de los cíclopes”.

Al final, la relación textual, entre los dos poetas, implican una variedad de intenciones, la primera el homenaje que hace Amaya Armijo al poeta Molina. Segundo, los acontecimientos de ambos poemas operan o suceden de diferentes maneras.

 

Molina, inicia con el (V) “Péscame” , se dirige a alguien , hay un sujeto (Tácito). A.A, empieza “(v)Tendida estás allí(deixis)  con mar y luna. Es decir Molina, habla primero a un sujeto, antes de que aparezca en la enunciación la “Sirena”. A.A, directamente, desplaza la imagen de la sirena. Incluso, vemos algo novedoso cuando imaginariamente, la parte en dos “ mitad sirena/mitad guitarra”. Este verso luce novedoso, por lo que hay una recreación muy ambivalente y válida. También, Amaya Armijo con el verso “bordas melodías en la arena”. Molina, en la segunda estructura determina la acción del sujeto (Tácito) “ pensativo”. Todavía no se acerca a mencionar a la sirena. Amaya, en esa segunda estctura, ejemplifica de inmediato la acción de la sirena “bordas melodías en la arena”. Hay lentitud textual en Molina, hay movimiento hacia adelante en Amaya-Armijo, como lo recalca Zilberberg “El surgimiento del evento le descubre al sujeto su “carencia de proporción”, su déficit definitivo; sin contemplaciones de ningún tipo, hace conocer al sujeto la limitación que desconoce y que, no obstante, lo constituye. Bajo estas premisas, el modo de existencia es más bien subjetal.” En cambio, En Amaya-Armijo: “b)el plenilunio te vuelve fantasma, canción que hechiza, espuma de erótico roce;(A.A.), logra una metamorfosis en la sirena “Fantasma, canción, espuma”. En otro sentido, Molina, destaca el ambiente físico que rodea a la sirena. Contrario a A.A, logra esos cambios en el arco del personaje de inmediato, eso es un plus en la creación del poeta Amaya, ya que no se trataría de copiar, sino de sugerir, o de reescribir, o de ampliar otra versión o como le llamamos en el cine “remake”. Lo que vendría a superar en estilo y en forma al poeta Molina. Porque todavía entre la tercera y cuarta estructura Molina sigue evocando al sujeto (tácito) :

d) Penetra al mar entonces y escoge la más bella
Con tu red envolviéndola, no escuches su querella (M)”

La sirena se encuentre en el mar, y el sujeto a la orilla, contrario, A.A, ubica en la espacialidad y en el tempo, a la sirena en la orilla, y va haciendo intromisiones interiores en la sirena, es introspectivo, Molina es más exteriorista. “d)nadie danza tu solitario canto, tu gemido de anhelo reprimido;(A.A)”. El semema “solitario, gemido, y reprimido”. No obstante, Molina, de un salto, construyó la comparación entre la sirena y la mujer. Amaya -Armijo apenas, asoma los indicios, “Espectro de la sal” (A.A) y en Molina “El sol”. A.A, ubica el tempo del poema en el plenilunio y Molina en la mañana . Se asemejan en el nivel semántico, con las diferenciaciones oportunas, “entre mis brazos loca”. La acción de poseerla, existe en el deseo del poeta, aunque se materializa en el nivel subjetivo y fenomenológico el acto copulador a través de una metaforización intercalada por una descripción corporal en primera persona de nivel lírico.  Por otro lado, Amaya Armijo, “(f) Eres la Sirena de aleve llanto, la silueta que el mar le robo sus encantos, la ensoñación que nunca devoró hombres.(A.A)”. Aunque Molina, emplee “aleve” “canto” “sirena” “luna” “cola tornasol”.

 Que se repiten en el texto poético de Amaya Armijo por la intencionalidad de generar una nueva forma o una nueva mirada poética sobre la sirena.  Incluso, se podrían repetir dichos semantemas, en el acontecer, en el afondo, en las formas, adquiere otro matiz, aun en la culminación del poema, se enmarca la tragedia de la sirena “Eres la Sirena de aleve llanto, la silueta que el mar le robo sus encantos,  la ensoñación que nunca devoró hombres”. En conclusión, la mirada de Amaya Armijo, incursiona en un erotismo explorado en la psiquis de la Sirena, hasta contemplar la soledad. En el de Molina, es contrario, ya para terminar, aparece, la sirena en el acto sexual. Porque Amaya Armijo, expresa “la silueta que el mar le robo sus encantos, la ensoñación que nunca devoró hombres”. Culpabiliza al mar de la perdida de sus encantos, consideramos, que si Molina la compara a una mujer, Amaya Armijo, la convierte de sirena a mujer , en soledad sin el acceso carnal. Acciones de metamorfosis contrarias. Molina, quizás encontramos un proceso de espejismo, de estado de insolación, o de problemas ópticos en que hayan alterado la psiquis del poeta Molina para el acto de creatio. Amaya Armijo, acudió a las fuentes históricas, a la literarias, incluso, al mismo poema de Molina para llevarlo a otros niveles estéticos sobresalientes y coherentes con la época del siglo XXI. Culminamos “Actualmente, no se concibe la sirena con cuerpo de pájaro y, en la mayoría de las representaciones iconográficas, las que tratan de atraer a Ulises y a sus compañeros tienen cola de pez y viven en el agua, y ya no en un prado de la costa. Es decir que de criaturas aéreas se han transformado en criaturas acuáticas a pesar de que sus características antiguas ―canto, atracción, belleza― sigan vigentes”.

 


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